Hola, soy Muamar Gadafi y quiero abolir el derecho a la vida.
Actualmente no paso por mi mejor momento y, sinceramente, no entiendo cómo he llegado a esta situación, os comento:
Llevo siendo el remolón de Libia desde el año 1969.
Participé en la Revolución que derrocó a aquel monarca hortera anti-imperialista, anti-bélico y, lo peor de todo, pro-occidental.
He nacionalizado algunas petroleras.
He contribuido gratamente a que el nivel de vida medio en Libia creciera notablemente.
He desafiado a los postulados Islámicos por promover la igualdad de la mujer.
He participado en la implantación de la actual Constitución de Libia.
He procurado ayudar al pueblo palestino en todo lo que he podido.
No bastando sólo con eso,
Me he enfrentado a los EEUU públicamente en todo momento para conseguir la simpatía de unos tantos,
y viendo que lo que se llevaba era odiar a los judíos,
he convertido mi política interior en un auge al terrorismo antiisraelí.
De hecho...
Recapitulando...
Ahora que lo pienso...
Creo que mi mandato se ha basado en odiar a Israel.
Es cierto que eso nos convirtió en un país aislado pero...
Tanto como para que me intentaran asesinar en múltiples ocasiones...
Además, queridos amigos míos
he conseguido ser una persona muy influyente en todo el mundo.
Si entráis en google y tecleáis mi nombre,
¡no veréis más que fotos mías con diplomáticos de todo el mundo!
¡Es alucinante!
Desde Obama, hasta Ban-ki Moon,
pasando por Sarkozy, Berlusconi, Chavez, Fidel Castro, Merkel, Aznar, Zapatero...
¡Qué buenos tiempos!
Y es que, claro, después de tanto tiempo, y siendo Libia una de las grandes potencias petrolíferas...
¿Cómo no iba a llevarme bien con toda esa gentuza?
Pero queridos amigos, dejadme que os cuente, porque como os decía,
no entiendo cómo he llegado a la situación por la que paso actualmente...
¿Por qué de repente todo el mundo me odia?
¿Por qué mi pueblo se ha sublevado?
Si he hecho siempre cuánto tocaba hacer...
¿Por qué me dan la espalda quiénes me daban la mano?
Es por lo de mi antisemitismo, ¿verdad?
¡Menudos rencorosos estáis hechos, tontorrones!
Pero no os preocupéis, que aquí mando yo.
Queridos amigos, soy Muamar Gadafi y quiero abolir el derecho a la vida.
Bueno, no.
No quiero abolir el derecho a la vida porque, de hecho, ya lo he hecho.
Libia ya no tiene derecho a vivir.
Hola, somos los miembros más influyentes de la ONU y queremos abolir el derecho a la vida en Libia.
Bueno, no.
En realidad nos da igual la vida en Libia.
Queremos el petróleo.
Dárnoslo todo y dejaremos que os sigáis matando.
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Bien, habiendo recibido luz verde para intervenir, a ello nos disponemos.
Que Libia deje de vivir.
Hágase nuestra voluntad y notifiquen la misma a todos los Estados miembros que puedan colaborar en la masacre.
Reciban un cordial saludo,
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Hola, soy Zapatero y he decidido enviar 450 efectivos a Libia.
Antes Libia me caía bien. Era un país de enrollados.
Un buen tipo el Gadafi este...
De hecho, he tenido el placer de irme de comilona alguna vez con él, y la verdad es que es un tipo gracioso.
Una lástima todo esto que le está pasando, ¿eh?
Pero bueno... ¿Qué le vamos a hacer?
La ONU manda.
Sé que no soy muy popular entre los míos y, por eso mismo, a nadie le importará que vuelva a ser incongruente una vez más, me explico:
Los irakis me hacían gracia.
Sí, en serio, ¡me caían simpáticos!
No me parecía bien bombardear su tierra.
Por eso me mantuve firme en mi postura contra la guerra de Irak.
Al fin y al cabo... era lo que todos querían oír.
Creo que aquella guerra me vino como anillo al dedo para ganar las elecciones...
Oh, yeah. Ya lo creo que sí, nena.
Libia en cambio... es diferente.
Tienen como una bandera muy sosa, ¿no?
Esta vez me interesa más caerle en gracia a la ONU.
Al fin y al cabo... pasamos por una situación económica muy dura y... hay que quedar bien con los mandamás.
Bueno, el caso es que voy a mandar esos efectivos a Libia, sí.
Sí señor, con un par de cojones.
Total, apenas van a suponer financiación pública y, un caprichito más, nos lo podemos permitir.
A todo esto hay que tener en cuenta que la vida de una persona en Libia no vale ni la mitad que la de una persona en Occidente, así que... Bah.
Dicho y hecho.
"Oh, yeah. Ya lo creo que sí, nena."
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