jueves, 27 de enero de 2011

Las ilusiones perdidas




No se van en trenes con maletas de cartón pero llevan sus bienes más preciados: un portátil, un móvil de última generación regalado por un familiar o conseguido a base de una lucha de puntos sin cuartel. Suelen tomar un vuelo de bajo coste, cazado pacientemente en las redes de Internet. Se van a hacer un máster, o han logrado una mal llamada beca Erasmus que costará a la familia la mitad de sus ahorros. Otras veces van a hacer de au-pair, de auxiliar de conversación, o a cualquier trabajo temporal. La familia va a despedirlos a la puerta de embarque y mientras se alejan disimularán unos su pena y otros su incipiente desamparo. "Es por poco tiempo -se dicen-. Dominarán el idioma, conocerán mundo... Regresarán en pocos meses".
Hasta hace poco era un privilegio de los nuevos tiempos que les permitía gozar de una libertad sin límites, de un mundo sin fronteras, de una capacidad casi infinita de aprendizaje... Hasta que llegó la crisis y la maleta pareció distinta, la espera en la fila de embarque más embarazosa, la despedida más triste y el fantasma de la ausencia definitiva más cercano.
No. No llevan maletas de cartón, ni hay aglomeraciones en el andén de la despedida. No se marchan en grupo, sino uno a uno. Aparentemente nada les obliga. Ha sido una cadena invisible de acontecimientos. Estuvieron allí hace unos años, o tienen una amiga que les ha informado de que puede encontrar algún trabajo con facilidad. No pagarán mucho, eso es seguro, pero podrán ganarse la vida con cierta facilidad... A fin de cuentas aquí no hay nada.
Y se marchan poco a poco, sin alboroto alguno. Un goteo incesante de savia nueva que sale sin ruido de nuestro país, desmintiendo la vieja quimera de que la historia es un caudal continuo de mejoras.
No hay estadísticas oficiales sobre ellos. Nadie sabe cuántos son ni adonde se dirigen. No se agrupan bajo el nombre oficial de emigrantes. Son, más bien, una microhistoria que se cuenta entre amigos y familiares. "Mi hija está en Berlín", "se ha marchado a Montpellier", "se fue a Dubai" son frases que escuchamos sin reparar en el significado exacto que comportan. Escapan a las estadísticas de la emigración porque suelen tener un nivel alto de estudios y no se corresponden con el perfil típico de lo que pensamos que es un emigrante. Quizá en las cuentas oficiales figuren como residentes en el extranjero, pero deberían aparecer como nuevos exiliados producto de la ceguera de nuestro país.
En los tiempos de crisis que detallan cada euro gastado nadie computa los centenares de miles de euros empleados en su formación y regalados a empresarios de más allá de nuestras fronteras con una torpeza sin límites, con una ignorancia sin parangón. Menos aún se cuantifican el esfuerzo de sus familias, las ilusiones perdidas y sus sueños rotos en mil pedazos.
No llevan maletas de cartón, pero componen un nuevo éxodo que azota especialmente a Andalucía, que dispersa a nuestros jóvenes por toda Europa y gran parte del mundo, que nos priva de su saber, de su aportación y de su compañía. Pero, aparentemente nadie se escandaliza por esta fuga de cerebros, lenta pero inexorable, que nos privará de muchos de nuestros mejores talentos. Nadie protesta por esta nueva oleada de exiliados que son una acusación silenciosa del fracaso y de engaño. Se van en silencio por el túnel de embarque en el que les alcanzará la melancolía por la pérdida temprana de su tierra.
No son, como dicen, una generación perdida para ellos mismos. No son los socorridosni-nis que sirven para culpar a la juventud de su falta de empleo. Son una generación perdida para nuestro país y para nuestro futuro. Un tremendo error que pagaremos muy caro en forma de atraso, de empobrecimiento intelectual y técnico. Aunque todavía no lo sepamos.


Concha Caballero
"Las ilusiones perdidas"

5 comentarios:

  1. Que cierto es lo de la puerta de embarque, y la tristeza de las familias, yo lo he vivido en mis carnes cada vez que partes hacia Dublin (y eso que estoy de erasmus!!)

    De todas maneras, el tema lo veo un poco generalizado, aunque esta muy bien el articulo, si bien es cierto que muchos erasmus, aupair o gente que se va a buscar un trabajillo durante unos meses para conseguir aprender el idioma, otras culturas y de paso ganar algunas perrillas, nunca jamas vuelven.

    Yo por suerte me siento totalmente vinculado a España. La amo y me encanta, y es por ello que se que voy a volver en cuanto llegue Junio, pero en multitud de ocasiones me he planteado, al igual que la mayoria de españoles aqui estudiando, que si apareciera esa oportunidad, o bien un ligero empujon nos veriamos tentados a quedarnos...

    Por tanto, mi conclusion es que hay una de cal y una de arena. Si se queda en el pais estaremos perdiendo una gran mente y quizas muy buena materia prima, en cuanto a nivel de cualificacion o a conocimientos se refiere. Pero si por el contrario vuelve, estamos hablando de una persona con una preparacion y formacion aun mayor, porque de momento tiene mejores conocimientos del idioma, y ya ni hablamos del enriquecimiento cultural y social que se adquiere cuando resides un tiempo en un pais diferente a España, que a dia de hoy creemos que el cambio de la poblacion es algo bueno a pesar de suceder en apenas 30 años...Mirar este video, que nos puede ayudar un poco a entender desde dentro, el porque las cosas cambian cuando nos vamos fuera.

    http://www.youtube.com/watch?v=ZfoAsNVkjAM&feature=related

    http://www.youtube.com/watch?v=ANvTDeyJ6_c&feature=related

    Hoy os quiero dar las gracias por este blog, que me tiene enganchado dia y noche para ver si hay nuevas entradas o comentarios!!! ;)

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  2. Comentario de Laura López, seguidora del blog en el anonimato, a la que me gustaría incitar para que se abriera una cuenta de google y pudiera comentar y participar abiertamente de este nuestro blog:

    Me estreno en este blog. Como ya comenté con anterioridad, ya me he vuelto fan nº 1. Ya que son cosas que se nos pasa teniéndolo delante de nuestras narices. En fin, ¿cuál es la solución? no lo sé y ¿cuáles son las preguntas que nos debemos hacer? llega un punto que tampoco lo sé. Yo desde hace tiempo me estoy planteando irme de Castellar (BCN) por quién no sepa que es Castellar. Pero no tengo ni dinero para poder irme. Cada vez veo que se demora más mi ilusión de irme fuera y adquirir nuevas experiencias y eso es lo que me mina cada día más. Pero bueno supongo que una no se debe rendir y tiene que luchar por sus sueños. Ya iré visitando la página y seguiré comentando. Respeto y más directamente a lo que pone el artículo. Es una realidad, cada vez la gente se va yendo, son individuos y no colectivos lo que se marchan. A buscar nuevos horizontes, ni mejores ni peores a la vista está. Y cómo los tiempos cambian, ya no somos esos que nos ibámos con una maleta y cuatro ropas básicas. Tenemos tecnologia y mucha ropa, pero en el fondo seguimos siendo los mismos de hace 40 años. A la vista está, que todo es como un círculo...Alemania nos tiene que venir a buscar como el salvador de las causas perdidas. Eso si, ahora nos vamos con una blackberry última generación con las máximas prestaciones.

    Y hasta aquí puedo leer, por ahora!

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  3. Gráfica comparativa de salarios mínimos Europa, si te quedas es por que quieres:
    http://www.google.com/publicdata/explore?ds=ml9s8a132hlg_&ctype=l&strail=false&nselm=h&met_y=minimum_wage&hl=en&dl=en#ctype=l&strail=false&nselm=h&met_y=minimum_wage&fdim_y=currency:eur&scale_y=lin&ind_y=false&rdim=country&idim=country:gr:ie:es:fr:uk:nl:lu:be&hl=en&dl=en

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  4. Irlanda a pesar de ser un pais recientemente rescatado por el FMI tiene un nivel de vida que desgraciadamente no podremos alcanzar en España ni en una decena de años...

    Aun asi, sigo amando España y grito abiertamente: viva España!

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  5. España parte pero políticamente apesta que te cagas.
    Aprovecho esta intervención también para cagarme en los bancos, la corrupción, la especulación en general y el sistema autonómico cánceres de España since 1975.

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