Acerca de mis teorías paranoides sobre el urdido y entramado plan de control al que supuestamente estamos sometidos, me viene a la cabeza el tema de las escaleras mecánicas.
Las escaleras mecánicas y, nada más y nada menos, que su relación y paralelismo con las ideologías e ideas políticas.
Algo fácil de ver.
Facilísimo.
En una escalera mecánica, al igual que en la vida real, a la derecha se sitúan los que se dejan llevar. Los que prefieren que les lleven a que una gota de sudor roce su ropa. Los acomodados, los que no llevan prisa, indiferentes ante el tiempo que se ahorrarían si subieran por el lado izquierdo. Y al final, los cansados, los que ya no tiene fuerza para nada y siguen la corriente de gente para ser llevados, sin rechistar. Sin pensar, pensándose los más listos, porque ellos ya no se esfuerzan. ¿Para qué? Si ya está todo hecho.
A la izquierda se suele colocar un género muy interesante. Los que se aprovechan, al igual que la derecha, de un mecanismo elaborado por otros, para llegar arriba más rápido, con más ansia. Llegan cansados por el esfuerzo y se jactan de ser grandes luchadores. Sin embargo, es un esfuerzo relativo, ya que, al fin y al cabo, también han sido empujados. Su objetivo solo es llegar antes, por muy poco que sea, ya que los que están en la derecha, una vez todos arriba, les alcanzan en muy poco tiempo.
Muchas veces hay gente desubicada. Personas de la derecha que se colocan en la izquierda y se quedan quietos, inmóviles, como sin saber qué hacer, provocando graves revueltas en este lado. Y gente de la izquierda, que se coloca en la derecha y al instante se da cuenta de que no puede avanzar. No puede volver a su lado porque la gente avanza a empujones y opta por quedarse parado y asumir la quietud y el acomodamiento de la derecha.
Y por último están los locos anarquistas de las escaleras. Como en la vida real su número es extremadamente reducido. Son aquellos estúpidos que suben por las escaleras normales. Que todo lo que suben, lo suben con su propio esfuerzo, articulando sus piernas. Que por muchos pisos de escaleras que haya, por sus narices, los suben andando. Los suben ellos solos. Y siempre llegan sudados y mucho más tarde que cualquiera de los demás. De vez en cuando, encontramos a gente de la parte derecha o de la parte izquierda en esta zona, por motivos de modas, dietas, ejercicio y traseros firmes, pero siempre duran muy poco. Siempre acaban volviendo a su lado.
Y siempre, como en la vida real, solo cuando la escalera mecánica está muy, muy jodida y estropeada, y no hay manera de subir por ella, solo en ese momento, es cuando personas de la derecha y de la izquierda, se suman a los locos anarquistas de las escaleras.
Situación que dura poco, puesto que en cuanto la escalera se arregla y vuelve a cumplir con los intereses de cada uno, estos locos se vuelven a quedar solos, sudados y avanzando por sí mismos.
Las escaleras mecánicas también van por la izquierda más izquierdosa del izquierdista mundo.
ResponderEliminarSabia yo que al final, esos tal anarquistas iban a acabar subiendo por las escaleras fijas, e iban a ser por supuesto los buenos de la pelicula...
ResponderEliminarA pesar de todo, es muy buen planteamiento, sin lugar a dudas, no es facil comparar las ideologias politicas con una escalera mecanica... ;)
Para todo lo demas, "Mastercard", que de estas, juntos con las "Visa" estan en TODAS las escaleras...
No creo que me meta en quien son los buenos o los malos. Simplemente hago comparaciones.
ResponderEliminarEn la realidad de las ideologías todo el mundo es jodidamente gilipollas. Anarquistas, conservadores, fascistas, comunistas, socialistas... Todos. Porque como dices, todos, excepto alguno que va de revolucionario escondiendo el dinero bajo su colchón, todos tenemos una tarjeta y todos tenemos una cuenta en un banco. Y esa ahí donde también nos igualamos todos.
Pero el tema de los bancos... es para otro día.